La necesidad de las empresas de moverse hacia una transformación digital es cada vez más fuerte, es una visión disruptiva de aplicar la tecnología en todos sus procesos tanto interna como externamente y de reinventarse con una nueva visión.

Durante los últimos meses, el término “transformación digital” ha tenido un gran auge, convirtiéndose en una de las tendencias tecnológicas más populares. La transformación digital marca un replanteamiento radical de la forma en que una organización utiliza la tecnología, las personas y los procesos, para cambiar fundamentalmente el rendimiento empresarial, según lo plantea George Westerman, científico investigador principal del MIT y autor de Leading Digital: Turning Technology Into Business Transformation.

Se trata pues, de la colaboración de diferentes áreas uniendo la filosofía de la empresa y adaptándolas a nuevos modelos de desarrollo con el objetivo de lograr nuevos modelos de negocios e ingresos que van en movimiento con las nuevas expectativas que va teniendo también el consumidor, pues estas van cambiando constantemente y la empresa para no quedarse fuera tiene que replantearse lo que hace con esa tecnología. Esta es una transformación de cómo se relaciona y cómo presenta, e incluso rediseña sus productos y servicios para que puedan subsistir en el ecosistema digital.

 

Esto no es posible sin una concreta formulación de la estrategia de la empresa que permita combinar con habilidad a largo y a corto plazo. Los responsables de la empresa han de diseñar y liderar el cambio cultural, de modo que, basados en el conocimiento de los cambios en el entorno de mercado y en los recursos tecnológicos, concreten las estrategias de desarrollo y crecimiento, con el convencimiento de que las aspiraciones no siempre se traducen en acciones inmediatas, sino en un plan viable y eficaz.

 

Grandes empresas como Amazon o Uber han sido inspiración y muestra del potencial que ser disruptivo y transformarse constantemente teniendo a favor la tecnología puede otorgar, por eso se busca acelerar la innovación experimentando con nuevos servicios digitales y capacidades para aumentar las ofertas existentes o probar en mercados similares. Por ello los líderes del mercado en cada industria deben evaluar de manera sistemática y rigurosa la forma en que están aprovechando las tecnologías emergentes para satisfacer las expectativas de sus clientes.

 

Con la pandemia, muchas empresas tuvieron que dar el salto a la transformación digital para no quedarse estancados en un viejo modelo de negocios, sin duda fue un gran reto y aquí es donde la disrupción de reinventar los negocios y atreverse a romper las reglas establecidas para crear otras nuevas que se adapten a las nuevas necesidades, implicó incorporar mejores herramientas tecnológicas, así como prácticas laborales y la renovación de la cultura organizacional.

 

Esta disrupción aceleró la digitalización en Latinoamérica avanzando en tres meses lo que suponía avanzar en tres años, incluso para algunos representó un salto de 10 años, y aunque fue una marcha forzada, ha sido un momento histórico y sumamente importante. En México, la inversión en realidad virtual, la omnicanalidad, la automatización, la ciberseguridad, la Inteligencia Artificial (IA) o el Internet de las Cosas ha ido en aumento gracias a las ventajas que representan estas tecnologías para la operación de los negocios. 

 

Para llevar a cabo todo esto, es necesario contar con personas cualificadas, con liderazgo, visión, poder de decisión y responsabilidad, una gran opción puede ser contar con la colaboración de una agencia especializada, en Difraxion contamos con todo ese potencial y un conocimiento elevado con soluciones óptimas y personalizadas para avanzar hacia el cambio y conectar digitalmente con una nueva visión.

 

Atrévete a romper barreras, transformar procesos tecnológicos y sobre todo, incorporar prácticas ágiles que permitan una mejor operatividad de todas y cada una de las áreas de las empresas y ante el contexto actual.

 

¿Te vas a sumar al cambio?

Daniela Lerma